jueves, 21 de noviembre de 2013

LIBRE/ NINO BRAVO
Tal vez la escucharon en algún momento e inspiró alegría, libertad, pero también esconde una triste historia en su origen. Para ello, tal y como cuenta el autor del blog «Ballesterismo», debemos trasladarnos hasta el corazón de Europa. Corría el año 1962 cuando el recién estrenado muro de Berlín cobraría su primera víctima y probablemente la más notoria. Peter Fechter era un obrero de la construcción alemán que -cansado de esperar- un día intentó escapar de la República Democrática Alemana junto con su amigo Helmut Kulbeik. Ambos habían tramado un plan para esconderse en un taller de carpintería cerca del «muro de la vergüenza» donde observarían a los guardias y después saltarían desde una ventana en el momento adecuado hasta el llamado corredor de la muerte (un espacio entre el muro principal y un muro paralelo que recientemente se había empezado a construir). Si todo salía bien, correrían por este corredor hasta una pared cercana al checkpoint Charlie, en el distrito de Kreuzberg en Berlín occidental. Pero su aventura no tuvo un final feliz, al menos para Fechter, que al tratar de escalar la pared final fue avistado y disparado por los guardias, cayendo de nuevo en el lado este. Estuvo gritando y desangrándose durante cerca de una hora, pero no recibió ayuda médica de ninguna de las partes, que tenían miedo a posibles represalias.

Tras la reunificación alemana, se construyó un monumento en su honor y el de las otras 270 personas que perdieron su vida tratando de buscar la libertad. Una libertad que supo dedicar Nino Bravo a Peter Fechter.

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